11.20.2016

h o m e s i c k

asomarme a la ventana me da nostalgia. ver todas las hojas del otoño allí, el olor a malvarrosa, la parra que nunca dio uvas, todos los proyectos a los que nunca volviste pero hubieran sido tan lindos porque nada es más lindo que las piedras, la greda húmeda de la que surge todo.
no quiero irme, ni siquiera estoy allá pero no quiero irme porque allá es el único lugar donde sentía que podía volver. home is where the heart is pero yo no sé bien dónde es eso. era contigo, allá, pero ahora te vas -nos vamos- y no sé qué hacer, no puedo ayudarte, solo llorar desde muy lejos porque ya extraño todo eso que nunca quise. ni siquiera me gustaba mucho pero era andar descalza todo el tiempo, quedarme hasta tarde en los sillones, ir a buscar comida en calzones.
los grillos que entraban a cantar a la habitación, esa fertilidad absurda de la tierra que volvía el suelo naranja y suave todos los veranos y que tú convertías en mermeladas, la enredadera que creció tanto que colonizó un cuarto del patio para florecerle a las abejas, lo extrañaba pero sabía que estaba ahí, que podía volver si me atrevía a sólo seis horas del mar. ahora me siento más extraña que nunca, donde sea que estés my heart isn't there y tampoco está entre estas cuatro paredes.
no está ni en mis cosas ni en las tuyas, mucho menos en las nuestras, no era ni los árboles ni el entretecho ni las termitas pero era nuestro, era el tiempo, era el primer día de colegio y los abrazos y nuestro desorden y las bromas y el llanto y la seguridad de que todo sería así, que así estaba bien, que éramos felices.

ya no soy de ningún lado pero quiero volver

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