Espectadora silenciosa de tantas cosas, no me recuerdas como yo a ti. Cuento las hojas hacia atrás sólo por ocio, encuentro lo mismo de siempre y entre medio tus ojos, como corales, algas.
Tantas cosas que hacer y yo sentada viendo como crecen las plantas, se caen las hojas de los árboles y todo se gasta. En especial los libros. Quisiera reencontrarlos. A ustedes. Nunca los comprendí demasiado, pero ahora sé que es inevitable extrañarlos.
Sonrío ante las fotografías, las palabras rayadas en lor bordes de todo, pequeñas instantáneas de cosas que ocurrían paralelamente a la vida [de ellos. Me gustaba esa simpleza, menos alejada de lo que en realidad soy, inmovilidad de las tardes, desinterés grosero, sueño al revés.
Empezar a sacudirse las pelusas, guardar los bichitos negros en las cajas antes de que me coman los dedos [estánmuertosperoquiénsabe], espantar las polillas, guardar las que se secaron de luz y tiempo, sacarle las patitas a las arañas para que no tejan más redes en mis ojos, encontrarte de cuando en vez para intentar olvidar [antes], yo quise volver al mar pero él llegó primero y qué puedo hacer, mas que navegar. Es cómodo otra vez así, escucharlo y saber que está bien y que así debe ser, murmullos de ola y de ultramar, susurros de gaviotas, espumita de mar. No es lo mismo pero casi y eso me hace sentir mejor, por lo menos ahí estás otra vez, infinito e igual de azul.
merompoengotitascuandopiensoenvosyenmienelmarysiguesahítandepieytanarbolitoflacuchobuscandoelsol
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